SUEÑOS CREPUSCULARES
Contemplo, como una tarde más, los matices del crepúsculo vital, su intensidad y su desvanecimiento.
Llego, como en un sueño, a la individual ciento veintiséis, cuando se cumplen cincuenta años —¡medio siglo!— desde que comencé a buscarme la vida con las imágenes, vendiendo mis dibujos heliografiados por cafés y grandes almacenes. ¿Quién sabe cuántas exposiciones e imágenes quedan por surgir antes de que despierte aquel niño que soñaba volar en una tienda verde?
Pinto ahora con cierto desdén, minimalizando deliberadamente el acabado y los detalles, desprendiéndome, abstrayendo, en el proceso inherente al momento vital.
Juego una vez más con el perpetuo tinglado conceptual, con la mirada pop de antaño, la secuencia, el significado y el matiz; invitando a desgranar... o no...
Ilusiono proyectando ilusiones, arquetipos reflejados en la materia. Los artistas somos ilusionistas. En lo ilusorio está a la vez el escollo vital a saltar sin dejarnos atrapar… despiertos o dormidos.
Paisaje ilusorio y mínimo como eco del trayecto…
Eco y relato en el ciclo sin fin de los días y las noches…
Paradoja calderoniana… Desvanecimiento liberador…
Vacío y fugacidad…
Sueño sereno, sin delirio…
Porque sueños son.
Ángel Pascual Rodrigo