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mariano castillo




Pascual Blanco, Jesús Buisán, Miguel Ángel Domínguez, Carmen Pérez Ramírez

   SIN (CON) TEXTO


    Mariano Castillo presenta su trabajo más reciente en la zaragozana Galería Aragonesa del Arte , bajo el sugerente título “SIN (CON) TEXTO”.


    No es, ni mucho menos, la primera vez que este artista nos muestra su obra, pues podemos decir que  cuenta con una trayectoria de casi veinte años de intenso trabajo exclusivamente dedicado al grabado; dos décadas en las que su mano se ha dejado guiar por la admiración a la obra de los grandes artistas grabadores de la Historia como Durero, Rembrandt y, como no podía ser de otro modo, Goya. Una vida, por tanto, dedicada al grabado o el grabado como forma de vida, pues ambas expresiones se confunden en la figura de Mariano Castillo.


     En esta exposición  se inspira en algunas  obras cumbre de la literatura universal. De esta manera encontramos los Veinte Grabados de Amor, con los que el artista hace referencia a la obra de Neruda, y en los que más que ilustrar cada uno de sus poemas los utiliza como pretexto, se embebe de su esencia y, como diría el chileno, “ebrio de trementina” graba y estampa una serie de imágenes en las que el cuerpo femenino encarna amor, desamor, deseo y desengaño. Se trata, igual que hiciera el poeta, de un canto al amor pleno, al recuerdo, a la nostalgia y a la angustia, tanto por la conquista como por la pérdida, un canto al éxito y al fracaso, a la dualidad de la vida.  Estas estampas se acompañan de lo que el artista ha llamado “Una pintura desesperada”, completando así la contraposición que Neruda estableciera entre poesía y canción y que Castillo decide realizar entre grabado y pintura. Se trata de un aderezo para el grabado, pero es un acompañamiento especial pues cada una de las colecciones de veinte estampas contará con un trozo de esa “pintura desesperada”, ya que el artista la ha realizado completa pero después la ha fragmentado, otorgando la calidad de obra múltiple y seriada a la pintura, que por definición es una obra única, y dando a sus grabados la calidad de obra única, cuando por definición forman parte de una serie.


    Mariano Castillo presenta además cuatro estampas dobles para las que se inspira en otras tantas obras literarias.  Trabaja el artista con textos de Dante, Kafka, Alberti y Pessoa, textos que hablan de nuevo de amor, pero también de dolor, de cambio y de vuelta al hogar.


    Contemplar esta exposición podrá evocar en el espectador una oleada de sentimientos variados, siempre apelando a la esencia del ser humano, pues así son los temas tratados por Mariano Castillo, universales y básicos, ahí radica su importancia. La mano del artista sirve en este caso para transmitir sensaciones vitales que ya plasmaran los grandes literatos con su pluma y que el grabador ha querido reflejar a través del trabajo con las puntas, las resinas y los ácidos. Huellas de vivir, marcas del pasado, la impresión del presente y el surco del camino hacia el futuro, todo esto es lo que nos muestra Mariano Castillo, una obra sincera y directa. Las estampas que presenta este creador están sustentadas en un profundo estudio histórico, artístico y literario, así como en un interesante debate estético consigo mismo y con los grandes maestros del grabado. Es evidente, pues, que Mariano Castillo es un hombre volcado con honestidad en su trabajo, que vive por y para el Arte, piensa a través del dibujo y habla desde sus grabados.




    DIFERENCIAS SOBRE PAPEL


    Poner las cosas sobre el papel es dar testimonio de ellas. Crear una relación del tiempo con las formas parecida a la de una red con el pescado. El trabajo del pintor sobre el papel hace convivir, en el mismo proceso, la urgencia y la demora. El primer soporte con el que cualquiera de nosotros ha trabajado, siendo niño, es el papel: es el receptor primero de la urgencia por expresarnos. Pero también es el espacio donde se plantea la reflexión y la demora ante los acontecimientos y ante lo que nos conmueve o impresiona. En el papel es donde nos tomamos nuestro tiempo, y donde el tiempo se resguarda.


    Espacio de libertad y de expresión, el papel es el medio en que los artistas son más suyos y, por ello mismo, es el medio en que las diferencias entre unos y otros creadores se manifiestan de forma más evidente. Tal es el motivo por el que la galería Aragonesa del Arte plantea una colectiva de cuatro pintores y un mismo soporte: el papel.


    Se trata de cuatro creadores aragoneses de larga trayectoria, bien conocidos de los amantes del arte en la ciudad y por la crítica especializada. Todos ellos coinciden en encontrar un cómplice en el papel.


    Pascual Blanco es uno de los más conocidos y apreciados entre los pintores aragoneses. Premio Aragón-Goya del año 1998, y fundador del Grupo Azuda en los setenta, prosigue su largo diálogo con el cuerpo humano, en la tradición humanista de Miguel Ángel, resultando sus figuras un medio de transmisión de valores abstractos. En este sentido, los fondos contra los que se dibujan los desnudos son cada vez más metafísicos.


    Jesús Buisán prosigue, a su vez, su diálogo con la naturaleza, aunque esta vez sus referencias se desplazan hacia la frontera entre el mar y la tierra. No en vano, Buisán reconoce su deuda intelectual con Eugenio Trías, el filósofo del límite. “Secuencia del arrecife” es un conjunto de doce cartones de formato apaisado. Sus formas, semejantes a corales, hablan tanto en términos orgánicos como en términos de comunicación.


    Miguel Ángel Domínguez fue protagonista, la pasada temporada, de dos importantes exposiciones simultáneas, una en el zaragozano Palacio de los Morlanes, otra, en la Fundación Santa María de Albarracín. Este artista tiene una relación especial con la naturaleza, sus pigmentos nacen de ella y trasladan directamente al soporte los colores de la tierra. Los cartones que presenta en esta colectiva son crónica directa e íntima de un viaje a tierras malagueñas, con la devoción por Picasso como guía.


    En la pintura sobre papel de Carmen Pérez Ramírez el viaje y la cotidianeidad son  trasfondo para sus desarrollos plásticos. El color y la luz son trascendentales. Las formas de la realidad se simplifican,  pero la composición las reordena.  En esta exposición contempla los lugares que llaman al recuerdo, los evoca e interpreta como metáfora de un tiempo agotado.


sin [con] texto

19 de noviembre 2008 - 3 de enero 2009

© 2014 Galería A del Arte

Calle Fita nº19,  local. 50005 Zaragoza +34 976 221 757


 

diferencias sobre papel

19 de noviembre 2008 - 3 de enero 2009

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